Transición energética

Transición energética

La urgente conversión del modelo energético canario.

Canarias es la única región del Estado español no conectada a redes energéticas continentales. Caracterizada además por su lejanía, insularidad, reducida superficie, y dependencia económica de un reducido número de productos, se trata de factores combinados que perjudican gravemente a su desarrollo, razón por la que adquiere la consideración de RUP, región ultraperiférica de la UE.

Asimismo, presenta una densidad de población muy superior a la media nacional, que se concentra en las dos islas capitalinas. El alto porcentaje de ocupación turística supone entre dos y tres veces más consumo de energía y agua per cápita, lo que implica un incremento en la necesidad de infraestructuras y equipamientos, entre otras.

El archipiélago canario cuenta con unas excelentes condiciones climáticas y recursos renovables, como el sol y el viento. Su aprovechamiento en el sector energético permitiría reducir de forma considerable la dependencia del exterior y las emisiones contaminantes, contribuyendo a la promoción y desarrollo de la economía local y la generación de empleo. Esto hay que hacerlo compatibilizando la implantación de las energías renovables y la preservación del territorio y los recursos naturales.

El nuevo modelo energético busca transformar un sistema energético convencional que se caracteriza por:

  • Depender casi totalmente de una energía exterior, basada en combustibles fósiles.
  • Ser un sistema eléctrico constituido por seis subsistemas pequeños, aislados y con dificultades técnicas de interconexión; solo Fuerteventura y Lanzarote están interconectadas.
  • Disponer de un parque de generación eléctrica muy poco diversificado y envejecido, basado en tecnologías de generación a partir de productos petrolíferos.
  • Beneficiarse de una reglamentación singular que reconoce un régimen retributivo adicional por el extracoste derivado de una actividad de producción de energía eléctrica fundamentalmente fósil. Ello supuso en el periodo 2015-2018 más de tres mil millones de euros.

Además, tenemos una gran dependencia del uso de combustibles fósiles para nuestras conexiones marítimas y aéreas, siendo estas últimas especialmente importantes para nuestra principal actividad económica: el turismo. Es fundamental el nexo energía-agua en sistemas insulares sin cuencas hidrográficas pues el consumo de energía en la gestión del agua en Canarias es mayor que en el territorio peninsular.