Biodiversidad y recursos naturales

Factores que afectan a la biodiversidad

Cambios provocados por la acción del hombre que dañan el ecosistema.

Los principales factores de incidencia han estado relacionados habitualmente con cambios en el uso del suelo, y la sobreexplotación y contaminación de los acuíferos y del mar.

En el medio terrestre, los usos extractivos y productivos han afectado drásticamente a los hábitats naturales y, por tanto, han incidido profundamente en la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad. La deforestación y las actividades agrícolas y ganaderas son factores que han implicado grandes alteraciones, pero ha sido a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando la rápida conversión de espacios de uso tradicional a otros de tipo intensivo ha supuesto fuertes impactos con gran incidencia en los recursos naturales, la transformación del paisaje y la pérdida de biodiversidad.

Esto ha traído consigo el abandono de pautas de manejo tradicional del medio, lo que ha significado a su vez la pérdida y el deterioro de suelos cultivables, además de un incremento enorme de la erosión del suelo, a lo que contribuye también el uso de aguas de mala calidad para el riego, la contaminación de las aguas, etcétera. Por esta razón, Canarias se considera una de las regiones de la UE más amenazadas por la desertificación.

Por otro lado, las amenazas derivadas de la competencia de especies invasoras, bien sea por descuido humano o por las alteraciones que está trayendo consigo el cambio climático, constituyen otro factor extremadamente peligroso para la conservación de los ecosistemas y las especies endémicas. Muchas especies foráneas que hasta hace un tiempo solo se encontraban en jardines o no prosperaron, han empezado a eclosionar de manera rápida en las últimas décadas. Si a esto le añadimos la desarticulación de las actividades tradicionales o el desarrollo de pautas de uso más urbanas en lugares tradicionalmente agrarios, estos problemas se multiplican.

Debemos tener en cuenta que el cambio climático supone por sí mismo un factor de distorsión de los ecosistemas debido a la pérdida de regularidades estacionales, hechos meteorológicos extremos, sequías prolongadas, inundaciones, aumento del riesgo de grandes incendios forestales, etcétera. El aumento de las temperaturas y la acidificación de los océanos tienen, además, efectos profundos sobre los ecosistemas marinos, a lo que contribuyen también los aportes contaminantes de los vertidos urbanos e industriales sin una adecuada depuración, desde tierra y desde los barcos.

En conjunto, el modelo de desarrollo económico de las islas desde la llegada del turismo de masas hasta ahora junto al aumento del nivel de vida, ha tenido consecuencias negativas para el medio natural canario. Es necesario hacer un profundo esfuerzo para compatibilizar el desarrollo y preservación de los recursos naturales, a fin de revertir la pérdida acelerada y sistemática de biodiversidad, la desaparición de flora, de fauna y de hábitats naturales, la proliferación de especies exóticas invasoras, la alteración de los espacios naturales protegidos, la disminución de los recursos naturales, la pérdida de calidad de los suelos, el aumento de la contaminación, la generación de residuos muy por encima de la capacidad de acogida de las islas, los vertidos de aguas residuales e industriales al mar sin depurar o sin un tratamiento adecuado y, en definitiva, una degradación del patrimonio natural y de la calidad de vida en el archipiélago.