Acción climática

Canarias, un territorio altamente vulnerable

La acción climática impulsará una cultura preventiva capaz de identificar y evaluar los impactos derivados del cambio climático.

La fragilidad del archipiélago se concreta en el riesgo de erosión del suelo fértil, en los daños originados por caudales crecidos como consecuencia de lluvias torrenciales, o en la afectación de las playas y las costas por fenómenos marítimos adversos. Las consecuencias de estos efectos climatológicos son especialmente graves por el peso que en la economía de las islas tienen sectores más sensibles a ellos, como la agricultura y el turismo.

Asimismo, el nivel del mar se ha elevado en Canarias entre cinco y diez centímetros desde los años ochenta del siglo pasado. Las estimaciones más conservadoras sitúan una subida del nivel del mar de medio metro a finales de este siglo si se mantiene el ritmo actual, pero hay estimaciones que predicen una aceleración de ese fenómeno, lo que provocaría un incremento de noventa centímetros para entonces. La variación en la línea de costas afectará más a las zonas de poca pendiente, que es precisamente donde se ubican las principales playas y las zonas turísticas más importantes de las islas.

La crisis climática afectará de distinta manera a las regiones con las que Canarias tiene más vínculos. Las alteraciones de la temperatura en Europa harán que el Mediterráneo se vea influido por un clima más tropical y las condiciones en el norte y centro del continente no sean tan extremas. Ambos factores combinados pueden afectar al atractivo de las islas como destino turístico. Además, el aumento de temperatura en el continente africano aumentará el impacto del desierto e impulsará aún más las migraciones climáticas, cuyos efectos ya empiezan a notarse con la llegada masiva de migrantes a nuestra costas.

Los impactos mencionados son el preámbulo de un periodo crítico para la humanidad del que no es posible aislarse y puede calificarse de crisis climática. Ante tales evidencias, no caben sino dos respuestas posibles: negacionismo o la decidida acción climática. Las respuestas negacionistas se deben a motivaciones diversas tras las que no pueden sino ocultarse intereses cortoplacistas e insolidarios, mientras que la acción climática responsable está basada en las evidencias científicas y en el compromiso moral por la conservación y el cuidado de la vida en el planeta.

En Canarias, la acción climática es vital para estimular una cultura preventiva capaz de reconocer y evaluar impactos que se presentarán de manera distinta a como se han mostrado hasta ahora, como consecuencia de una mayor y más duradera exposición a fenómenos climáticos adversos y extremos. Si queremos responder de forma eficaz a los retos que se nos presentan y hacer frente a la crisis climática y sus consecuencias, la cultura de prevención ha de calar en el conjunto de la sociedad y en todos los ámbitos de la actividad pública y privada, así como en la empresa y en la sociedad civil.