El Gobierno aprueba la Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación

El 74 % del territorio español es susceptible de ser desertificado, según el diagnóstico que incorpora la Estrategia. Las principales causas de la desertificación en España son el cambio climático y la explotación insostenible de los recursos naturales.

El Gobierno, a petición del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha aprobado la Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación (ENLD), actualizando de esta forma el Programa de Acción Nacional contra la Desertificación publicado en 2008.

Esta nueva estrategia asegura el cumplimiento de los compromisos de España como parte de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), a la vez que establece un marco para las políticas e iniciativas de lucha contra esta amenaza en España, asegurando la coordinación entre ellas y su efectividad.

El objetivo general es contribuir a la conservación y mejora del capital natural asociado a las tierras de las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas de España y avanzar hacia la neutralidad en la degradación de las tierras mediante la prevención y mitigación de la desertificación y la restauración de las zonas degradadas.

El 74 % del territorio español, en riesgo de desertificación

La desertificación y la degradación de las tierras afectan especialmente a África, pero también a Europa, particularmente a la región mediterránea. El 74 % del territorio español se encuentra en tierras áridas, semiáridas o subhúmedas secas y, por tanto, susceptibles de ser afectadas por los procesos de desertificación.

La ENLD, en su diagnóstico, identifica numerosos impulsores de la desertificación en España, incluyendo causas económicas, como la intensificación de la agricultura y la ganadería, y la sobreexplotación de los recursos hídricos; sociales, como la despoblación de las zonas rurales y el abandono de los terrenos forestales; y ambientales, como el cambio climático y los incendios forestales.

Asimismo, los impactos de la desertificación también comportan costes económicos, sociales y ambientales: desde la pérdida de productividad de los suelos o la disminución de los beneficios agrarios hasta el agravamiento de la despoblación, la disminución de patrimonio cultural, la pérdida de biodiversidad o la exacerbación del cambio climático.

La ENLD identifica cinco escenarios principales afectados por la desertificación en España: cultivos afectados por la erosión, zonas de regadío afectadas por la desertificación, paisajes asociados a la intensificación insostenible de la ganadería, terrenos agrícolas abandonados y bosques con insuficiencia de gestión.

Propuesta de acciones hasta 2030

Respondiendo a las debilidades y amenazas identificados en el análisis DAFO realizado como parte del diagnóstico, la ENLD incluye la propuesta de numerosas acciones y medidas a llevar a cabo hasta 2030 en torno a tres ejes: Territorio, Capacitación institucional y gobernanza y Actuaciones para la mejora del conocimiento, de la transferencia y de la participación de la sociedad.

Destacan la realización de un plan de restauración de terrenos afectados por la desertificación, el desarrollo de una red de proyectos piloto y demostrativos de lucha contra la desertificación, la puesta en marcha de un inventario nacional de suelos, la aplicación de buenas prácticas de gestión sostenible de la tierra en el sector agrario, forestal  y de los recursos hídricos, la creación de un Consejo y un Comité Nacional de Lucha contra la Desertificación, la elaboración de una ley de conservación y uso sostenible de los suelos, la elaboración de un atlas de desertificación en España, el establecimiento de una plataforma de consulta e intercambio de información, la organización de mesas y talleres participativos y  la promoción y el apoyo a iniciativas internacionales en el ámbito de la CNULD.

La implementación de la Estrategia se desarrollará a través de dos Programas de Acción Nacional cuatrienales. Los programas contendrán las acciones concretas a desarrollar por la Administración General del Estado en el marco de sus competencias durante la vigencia de estos. El primer programa de trabajo se aprobará dentro del primer año tras la aprobación de la ENLD y abarcará el periodo 2023-2026. El segundo programa está previsto que se desarrolle en el periodo 2027-2030.

Un desafío de relevancia mundial y nacional

La Estrategia se ha elaborado de forma participativa, contando con la colaboración de otros ministerios, las comunidades autónomas, instituciones científicas y organizaciones no gubernamentales.

Su publicación de tiene lugar en un año en el que la desertificación está teniendo especial relevancia mundial y nacional. La décimoquinta Conferencia de las Partes de la CNULD tuvo lugar en mayo en Abiyán (Costa de Marfil) y contó con la participación del Secretario de Estado de Medio Ambiente de España, Hugo Morán.

Por otro lado, España ha hospedado en 2022 el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía y, junto con la secretaría de la CNULD, organizó el pasado 17 de junio un evento conmemorativo en Madrid, que contó con la participación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres; el secretario ejecutivo de la UNCCD, Ibrahim Thiaw; el comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius; el presidente de la COP15, Alain-Richard Donwahi; la vicepresidenta Teresa Ribera y la activista ambiental Patricia Kombo.

Ficha resumen del Decreto de la Red Canaria de Senderos

Introducción

Tras los quince años en vigor del Decreto 11/2005, por la que se creó la Red Canaria de Senderos y se regularon las condiciones para la ordenación, homologación y conservación de los senderos en la Comunidad Autónoma de Canarias, y debido al tiempo transcurrido desde su implantación, se ha puesto de manifiesto la conveniencia de adaptarlo a las necesidades actuales, dado el gran auge del senderismo, de modo que se impulse la homogeneización, promoción y puesta en valor de dicha Red, de tal forma que también ayude a la activación socioeconómica de las zonas por la que transcurren los senderos.

Decreto 11/2005, de 15 de febrero, por el que se crea la Red Canaria de Senderos y se regulan las condiciones para la ordenación, homologación y conservación de los senderos en la Comunidad Autónoma de Canarias

Definición y finalidades 

La experiencia ha mostrado dificultades en el proceso de homologación de los senderos de acuerdo con lo regulado en el Decreto de 2005, lo que ha derivado en una incompleta homologación de los mismos. 

Esta iniciativa pretende compatibilizar mejor la práctica del senderismo con la protección y conservación de los recursos naturales y culturales, homogeneizando la señalización de las vías y caminos aptos para la práctica del senderismo.

Esto, unido a la aprobación del Decreto 226/2017, que reguló el desarrollo de las actividades de turismo activo, ha impulsado un proyecto denominado ‘Plan de activación de la red regional de senderos’, financiado por el FEDER Canarias, en el periodo 2014/2020. 

Por medio de este se elaboró una metodología de identificación y caracterización de riesgos en senderos de Canarias, estableciendo criterios para su evaluación y caracterización y consensuándose con los Cabildos Insulares. Esto se incorporará a este decreto para que se proceda a su implantación, de manera paulatina, en los senderos de Canarias y, de este modo, sea criterio indispensable para pertenecer esta Red. 

Ficha resumen del anteproyecto de Ley de Digitalización de los Límites de los Espacios Naturales de Canarias

Introducción

La delimitación de los espacios naturales de Canarias, realizada para las primeras leyes autonómicas en esta materia, de 1987 y 1994, se realizaron con medios técnicos muy inferiores a los actuales, sobre la base de mapas de 1:25.000, lo que da lugar a muchas imprecisiones de detalle.

Definición y finalidades

Cualquier modificación de límites, aunque sea reinterpretando la cartografía existente, con nuevos medios tecnológicos, más precisos, requiere ser aprobada mediante una ley.

Este proyecto de ley pretende digitalizar los límites y ámbitos de los distintos espacios naturales de Canarias, a fin de ofrecer la mayor seguridad jurídica posible de acuerdo con las nuevas herramientas cartográficas de las que disponemos en la actualidad.

La clave de la iniciativa es precisar, de acuerdo con las capacidades tecnológicas actuales los límites y ámbitos ocupados por los espacios naturales protegidos de Canarias, estableciendo con la mayor precisión posible las diferentes figuras de protección sobre el territorio.

Ficha resumen del anteproyecto de modificación de la Ley del Suelo y de los Espacios Naturales de Canarias

Introducción

Las políticas transformadoras que llevan al desarrollo de varios proyectos de ley tan importantes como las de Cambio Climático y Transición Energética, y Biodiversidad y Recursos Naturales y Economía Circular, no pueden desarrollarse sin una modificación proporcionada de la Ley del Suelo y de los Espacios Naturales de Canarias.

Definición

Además de la necesidad de que la transición ecológica y la lucha contra el cambio climático se plasme también en la norma que ordena los usos del territorio, es necesario revisar la actual Ley del Suelo, de 2017, a la luz de la experiencia práctica de casi cuatro años de aplicación, siendo necesario adaptarla desde la perspectiva de los Cabildos y Ayuntamientos.

Del mismo modo, debemos responder a la demanda de renaturalización de las ciudades, a la nueva movilidad, a los retos de la economía circular en las ciudades y pueblos, así como cuestiones como la eficiencia energética y la producción fotovoltaica para el autoconsumo.

Finalidades

Algunas de las claves de la iniciativa legislativa serán:

  • Adaptar la norma a la necesaria adaptación del planeamiento a los retos del cambio climático.
  • Mejorar la eficacia de la ley, a la vista de las experiencias de los últimos años.
  • Adoptar las Directrices sobre Ordenación del Suelo Agrario y sus figuras de ordenación.
  • Mejorar la coordinación interinstitucional en la gobernanza del territorio.
  • Agilizar la tramitación administrativa de planes y proyectos, adoptando las directivas europeas que pretenden mejorar las políticas públicas y el desarrollo socio económico.
  • Adaptar mejor los desafíos de la digitalización.
  • Adoptar la Agenda Urbana de la Unión Europea y el conjunto de directrices de la Unión para el Desarrollo de la Transición Ecológica de las Ciudades.

Un proyecto de restauración ecológica frenará los procesos de desertificación de Famara

La restauración de Famara mitigará la desertificación que sufre la isla. Imagen cedida

A finales de 2020 se puso en marcha un proyecto piloto de restauración de hábitat en las cumbres de Famara, en Lanzarote, basado en el establecimiento de parcelas de control para el ensayo de distintos modelos de restauración de hábitats áridos.

El proyecto, liderado por la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, se encargó a la empresa pública Gestión y Planeamiento Territorial y Medioambiental (Gesplan S. A.). Esta iniciativa, financiada con recursos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (PO FEDER Canarias 2014-2020), tiene previsto desarrollarse hasta diciembre de 2022.

La mejor propuesta para contrarrestar los hábitats áridos 

En 2019, la Consejería organizó un taller de expertos, con la colaboración del Cabildo de Lanzarote, con el fin de poner de manifiesto los problemas de conservación asociados a los hábitats áridos de las islas y proponer medidas de restauración. 

En el marco de dichas jornadas, científicos, investigadores y gestores de diferentes instituciones y administraciones debatieron y consensuaron las principales actuaciones a desarrollar para la restauración de hábitats en Lanzarote, con el fin de frenar los procesos de desertificación, que se están viendo acelerados como consecuencia del cambio climático.

Ocho objetivos para una restauración eficaz

El proyecto cuenta con ocho propósitos clave:

  1. Asegurar la disponibilidad de material vegetal para abordar con éxito las labores de revegetación de las parcelas experimentales.
  2. Establecer parcelas de productores que garanticen la disponibilidad de semillas durante todo el periodo de duración del proyecto, aún en condiciones climáticas desfavorables.
  3. Potenciar el enriquecimiento de la microbiota del suelo con el fin de incrementar las probabilidades de éxito de las labores de restauración.
  4. Abordar el estudio de los suelos objetivo, así como el desarrollo de mecanismos para evitar la erosión.
  5. Limitar el acceso de los herbívoros a los enclaves de actuación más sensibles del proyecto.
  6. Acondicionar las parcelas objetivo para poner en práctica las diferentes metodologías experimentales que permitan desarrollar las labores de restauración del hábitat, así como una balsa como bebedero para aves.
  7. Obtener planta viva a partir de material seminal originario de la cumbre e introducirla en el medio aplicando técnicas experimentales de inseminación y plantación.
  8. Diseñar y realizar una campaña de divulgación del desarrollo del proyecto.

Colaboraciones más significativas

Para lograr esos objetivos, se cuenta con la colaboración de las áreas de medio ambiente y agricultura del Cabildo de Lanzarote, que han cedido las parcelas de titularidad pública ubicadas en la cumbre para el desarrollo de los trabajos y han puesto a disposición las instalaciones de la Granja Agrícola Experimental del Cabildo, que se empleará para la producción de planta.

También participan en los ensayos experimentales investigadores de edafología y microbiología de la Universidad de La Laguna, así como del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias, incluido el Jardín de Aclimatación de la Orotava, que se encargarán de poner su experiencia y conocimiento en el uso de nuevas técnicas de tratamientos de suelos, tanto en las parcelas de restauración como en los huertos de productores, y en la selección de especies que conformarán la restauración del enclave.

Implicando a la comunidad educativa local

Otro gran objetivo es crear conciencia y sensibilizar. Se trabajará, además, conjuntamente con la Reserva de la Biosfera de Lanzarote y las entidades locales para generar fórmulas de participación ciudadana, custodia del territorio y educación ambiental. Esto es muy importante, ya que están directamente relacionadas con las labores de restauración del proyecto y con el objetivo de que la sociedad conejera haga suya esta iniciativa y propicie, de esta manera, su continuidad en el tiempo más allá del periodo de ejecución previsto.

Dentro de las actuaciones planteadas se incluye la creación de una parcela de productores de semillas, cuya implantación, desarrollo y mantenimiento se convertirá en una actividad educativa dentro de los ciclos formativos que se imparten en el IES de Teguise, concretamente en los ciclos ‘Actividades auxiliares en Viveros y Centros de Jardinería’ y ‘Agrojardinería y Composiciones Florales’. 

De esta manera, el alumnado complementará su formación con un proyecto real a desarrollar en su comunidad, contribuyendo, con su trabajo, a frenar el proceso de desertificación de las cumbres de la isla.

La restauración de Famara medirá su impacto para mejorar el diseño de proyectos futuros

Otro aspecto novedoso del proyecto es que mide el impacto de cada una de las unidades de obra en el medio natural, calculando la huella y el sumidero de carbono, con el fin de poder corregir el diseño de proyectos futuros así como valorar la incorporación de este factor en los pliegos de contratación a desarrollar por el Gobierno de Canarias. Con este criterio se prioriza la contratación de los profesionales y de los suministros necesarios sean de Lanzarote, lo que revertirá positivamente en la economía local.

Cumpliendo con otro compromiso ambiental se intentará reducir el consumo de plásticos en todas las fases del proyecto, por lo que se realizarán pruebas experimentales con contenedores biodegradables en vez de las tradicionales macetas y macetones, usados habitualmente en las labores de producción de plantas en vivero.

Una nueva fórmula con miras al futuro 

Con esta iniciativa se aborda un nuevo modelo de trabajo en materia de restauración ambiental centrada en la importancia de la recuperación del suelo, tanto desde el punto de vista físico-químico como microbiológico, dando importancia a las micorrizas y a las bacterias fijadoras de nitrógeno en el funcionamiento de los hábitats áridos.

Este proyecto es innovador desde la perspectiva técnico-científica, a la vez que promueve la colaboración entre instituciones y sectores de la sociedad, pues sirve como punto de partida para la recuperación de la vegetación original de los altos de Famara y tiene como finalidad facilitar su continuidad futura y frenar el proceso de desertificación que sufre la isla. 

Normas y planes

Agenda urbana

¿Qué es la agenda urbana?

Es un documento estratégico, sin carácter normativo, y por tanto de adhesión voluntaria, que, de conformidad con los criterios establecidos por la Agenda 2030, la nueva Agenda Urbana de las Naciones Unidas y la Agenda Urbana para la Unión Europea persigue el logro de la sostenibilidad en las políticas de desarrollo urbano.

Nueva Agenda Urbana de las Naciones Unidas

Desde el año 2007, el mundo tiene más habitantes viviendo en ciudades que aquellos que habitan en entornos rurales. Esto supone un cambio de paradigma en un proceso de constante crecimiento demográfico, que prevé que en el año 2040 dos tercios de la población mundial habitará en ámbitos urbanos.

Fenómenos como la presión turística, la dispersión urbana, la pérdida de identidad, el abandono del campo, la desaparición de hábitats naturales o el fenómeno global de cambio climático, ponen en peligro la sostenibilidad de las ciudades como principal medio de vida de una humanidad en constante crecimiento demográfico. A esto se sobrepone la dificultad de concebir una alternativa a la ciudad que no suponga una grave pérdida de suelo natural y de biodiversidad.

En un mundo cada vez más urbanizado los problemas se tornan globales. Los retos de las islas no son ajenos a los del resto del mundo, pero es cierto que albergan particularidades locales y singularidades insulares como, por ejemplo, la escasez de territorio apto para el desarrollo de la urbanización y de la agricultura, o la presencia de hábitats naturales únicos y de gran valor ecológico.

Nuestro archipiélago ha sufrido un vertiginoso proceso de urbanización entre la segunda mitad del siglo XX y las dos primeras décadas del siglo XXI, hasta el punto de que, en la actualidad, en gran parte del territorio es difícil distinguir lo que comúnmente llamamos campo de lo que consideramos ciudad, esto es, diferenciar lo rural de lo urbano.

El grado de desarrollo de la urbanización actual hace que la continuidad de lo construido se extienda por gran parte de las islas, de tal manera que, en ocasiones se haya planteado la posibilidad de concebir y planificar sobre ciudades-isla, o isla-ciudad. La limitada extensión de nuestro entorno vital y el grado de ocupación del territorio favorecen este fenómeno, configurando sobre todo las islas mayores, como una única área metropolitana.

Los valores de la ciudad tradicional como la complejidad, la densidad, la compacidad y la mezcla de los usos, se han visto cuestionados por nuevos modelos de desarrollo monofuncional basados fundamentalmente en el transporte privado, que ha derivado en una situación de colapso del tránsito, en el aumento de las emisiones de gases nocivos a la atmósfera, en la pérdida de riqueza del entorno construido y en el aumento de la desigualdad social por deficiencias de acceso a los servicios básicos, así como a la falta de igualdad de oportunidades.

Además de esto, nos encontramos con que las herramientas de planeamiento convencionales que utilizamos para la gestión urbana y del territorio no dan respuesta a los desafíos que nos afectan; procesos de cambio constante, recientes, presentes y futuros que experimentan y experimentarán nuestras ciudades. 

Por esto se hace cada vez más necesario la creación de nuevas herramientas basadas en la participación, que alcancen el mayor grado de inclusión posible, y de técnicas, que aprovechen los avances científicos y tecnológicos a nuestro alcance.

La Agenda Urbana Española

La Agenda Urbana Española es un documento estratégico sin carácter normativo que, de conformidad con los criterios establecidos por la Agenda 2030, la Nueva Agenda Urbana de Naciones Unidas y la Agenda Urbana para la Unión Europea persigue el logro de la sostenibilidad en las políticas de desarrollo urbano.

Constituye, además, un método de trabajo y un proceso para todos los actores, públicos y privados, que intervienen en las ciudades y que buscan un desarrollo equitativo, justo y sostenible desde sus distintos campos de actuación.

Agenda Urbana Española

La Agenda Urbana Canaria

La redacción de la Agenda Urbana Canaria responde al reto de alinear las políticas locales a los acuerdos alcanzados en la Cumbre por el Clima en París en 2015, las recomendaciones de la declaración del Congreso Hábitat III, celebrado en Quito en 2016, y las directrices de la Agenda Urbana Europea y de la Agenda Urbana Española.

Además, tiene como objetivo establecer un marco de actuación que oriente el proceso de recuperación de la calidad de vida de nuestras ciudades y que ayude a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por Naciones Unidas en 2015 para que puedan garantizar la continuidad de la existencia de la humanidad en armonía con el resto de especies que compartimos el planeta a nivel global, y especialmente en nuestro pequeño archipiélago como muestra de adaptación local a este cometido.

Dimensiones básicas de la ordenación del territorio

En Canarias existe una triple tipología de planes según el principal objeto a ordenar en el territorio. Estas son las ordenaciones ambientales, territoriales y urbanísticas: 

  • Las ordenaciones territoriales se encargan de analizar, desarrollar y gestionar los procesos de planificación y desarrollo de los espacios geográficos y de los territorios, tanto urbanos como rurales. Estas tienen un carácter más directivo, coordinador y estratégico. Por ejemplo, las Directrices de Ordenación y Planes Insulares.
  • Las ordenaciones ambientales se ocupan de conservar y proteger la tierra y los recursos naturales, en general en los ámbitos no urbanizados. Estas tienen un nivel directivo y ejecutivo. Por ejemplo, los planes de gestión de la Red Natura 2000, que también pueden contener ordenación territorial y, en su caso, urbanística. 
  • Las ordenaciones urbanísticas son instrumentos técnicos y normativos que regulan las condiciones para el uso, la conservación y la transformación del suelo. Estas tienen un nivel de coordinación y dirección municipal. Por ejemplo, los Planes Generales.

Asimismo, también encontramos los planes ejecutivos, que son los habilitantes para la ejecución de obras de transformación y edificación. Por ejemplo, en la ordenación territorial estos serían los planes territoriales parciales, los planes territoriales especiales y los proyectos de interés insular o autonómico. Por otro lado, en ordenación urbanística serían los planes parciales, los planes especiales, los planes de modernización, mejora e incremento de la competitividad y el programa de actuación sobre el medio urbano. 

Ordenación ambiental

Atiende a la ordenación espacial de los recursos naturales, de las especies protegidas y de los espacios naturales protegidos y de la Red Natura 2000. Su formulación y aprobación corresponde, en la mayor parte de los planes, a los Cabildos Insulares. Los Planes Rectores de Uso y Gestión de los Parques Nacionales corresponden a la Comunidad Autónoma. La mayor parte de los Espacios Naturales Protegidos cuentan con su plan de ordenación aprobado. Algunos se encuentran en revisión. 

Ordenación territorial

La que se desarrolla fuera de las ciudades y núcleos poblacionales, estableciendo normas de ordenación y uso global o genérico del territorio, previendo zonas de futuro crecimiento urbano, económico o comercial, así como la localización de infraestructuras, dotaciones y equipamientos, generalmente públicos, que estructuran y vertebran el área ordenada, o, igualmente, zonas que deben ser preservadas de su transformación.

Estos planes tienen carácter directivo, persiguen el equilibrio interterritorial y establecen criterios de ordenación para otros instrumentos de ordenación situados en dependencia jerárquica.

Su formulación y aprobación está reservada a los Cabildos Insulares (Planes Insulares, Planes Territoriales Parciales, Planes Territoriales Especiales y Proyectos de Interés Insular), y a la Administración autonómica (Directrices de Ordenación General, Directrices de Ordenación Sectorial, Proyectos de Interés Autonómico).

Ordenación urbanística

Es la que tiene por objeto la ordenación de la ciudad, los núcleos de población y todo lo vinculado al uso urbano del suelo. Establece y define al último detalle el estatuto jurídico de la propiedad inmobiliaria (régimen jurídico de derechos y deberes), y legitima las operaciones de transformación física y jurídica (a través de los instrumentos de gestión urbanística), y de la edificación.

Corresponde a los Ayuntamientos (Planes Generales, Planes Parciales, Planes Especiales y Programas de Actuación sobre el medio urbano) y a la Administración autonómica (Normas Técnicas del planeamiento urbanístico y los Planes de modernización, mejora e incremento de la competitividad).

En caso de contradicción las determinaciones de ordenación ambiental prevalecen sobre las de ordenación territorial y urbanística.

Estado de la planificación

La mayor parte de los Espacios Naturales Protegidos cuentan con su plan de ordenación aprobado. Todas las islas disponen de un Plan Insular, aunque actualmente, los Cabildos de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote se encuentran tramitando sus nuevos planes insulares.

La mayor parte de los municipios cuentan con un Plan General de Ordenación, cuyo objeto es definir el modelo territorial y urbanístico del municipio. No obstante, varios municipios turísticos de mayor relevancia carecen de una ordenación actualizada. Estos son los casos de Mogán, San Bartolomé de Tirajana, Tías, La Oliva, Pájara, Adeje y Arona, razón por la que la renovación de sus suelos turísticos más antiguos se ha venido realizando por planes de modernización, mejora e incremento de la competitividad, con un planeamiento de ordenación urbanística que tiene por objeto la rehabilitación y renovación, total o parcial, de la urbanización turística obsoleta y de sus establecimientos turísticos.

Actualmente, se encuentran en fase de tramitación las directrices de ordenación del suelo agrario de acuerdo a la Ley del Suelo y de los Espacios Naturales Protegidos de Canarias. Además, se encuentran en vigor las directrices de Ordenación del Turismo de Canarias, aprobadas por la Ley 19/2003, de 14 de abril, y las Directrices de Ordenación Territorial de las Telecomunicaciones, aprobadas por Decreto 124/2011, de 17 de mayo (LSENPC).

Ordenación territorial (Gobierno de Canarias)

Sistema de información territorial (IDECanarias)

Planificación ambiental (Gobierno de Canarias)

Planificación ambiental (IDECanarias)

Planificación urbanística

El Territorio

La dimensión territorio en Canarias es clave, dadas sus peculiaridades geográficas: un territorio pequeño, discontinuo, de enorme complejidad ecológica, socioeconómica y cultural, y con una altísima densidad de usos y retos. Pocas regiones del mundo concentran tanta complejidad en tan poco espacio. Con una economía marcadamente dependiente del exterior, basada fundamentalmente en el turismo y, a la vez, con unas características ambientales, históricas, socioculturales y paisajísticas de gran singularidad; la ordenación y la adecuada gestión del territorio es un objetivo estratégico indispensable.

Todos los propósitos, las iniciativas y las medidas, así como el desarrollo de las actividades sociales y económicas, requieren atender al dinamismo económico necesario, al cuidado de las personas y los seres vivos y a la infraestructura de recursos naturales de las que depende el nivel y la calidad de los habitantes actuales y futuros de Canarias. Esto se plasma, en gran medida, en la planificación y la gestión del territorio, y en sus recursos.

Dentro del conjunto de retos que aborda el Gobierno de Canarias, y los que específicamente se plasman en la hoja de ruta planteada por la acción climática y la transición ecológica, abordar la cuestión del territorio es crucial. Tanto el Gobierno de Canarias como el Parlamento de Canarias han declarado la Emergencia Climática dado el consenso de la comunidad científica sobre los problemas que afectan a nuestra Comunidad Autónoma, sus ciudades, espacios naturales y distintos sectores de la economía.

Canarias, un territorio altamente vulnerable

La fragilidad del archipiélago se concreta en el riesgo de erosión del suelo fértil, en los daños originados por caudales crecidos como consecuencia de lluvias torrenciales, o en la afectación de las playas y las costas por fenómenos marítimos adversos. Las consecuencias de estos efectos climatológicos son especialmente graves por el peso que en la economía de las islas tienen sectores más sensibles a ellos, como la agricultura y el turismo.

Asimismo, el nivel del mar se ha elevado en Canarias entre cinco y diez centímetros desde los años ochenta del siglo pasado. Las estimaciones más conservadoras sitúan una subida del nivel del mar de medio metro a finales de este siglo si se mantiene el ritmo actual, pero hay estimaciones que predicen una aceleración de ese fenómeno, lo que provocaría un incremento de noventa centímetros para entonces. La variación en la línea de costas afectará más a las zonas de poca pendiente, que es precisamente donde se ubican las principales playas y las zonas turísticas más importantes de las islas.

La crisis climática afectará de distinta manera a las regiones con las que Canarias tiene más vínculos. Las alteraciones de la temperatura en Europa harán que el Mediterráneo se vea influido por un clima más tropical y las condiciones en el norte y centro del continente no sean tan extremas. Ambos factores combinados pueden afectar al atractivo de las islas como destino turístico. Además, el aumento de temperatura en el continente africano aumentará el impacto del desierto e impulsará aún más las migraciones climáticas, cuyos efectos ya empiezan a notarse con la llegada masiva de migrantes a nuestra costas.

Los impactos mencionados son el preámbulo de un periodo crítico para la humanidad del que no es posible aislarse y puede calificarse de crisis climática. Ante tales evidencias, no caben sino dos respuestas posibles: negacionismo o la decidida acción climática. Las respuestas negacionistas se deben a motivaciones diversas tras las que no pueden sino ocultarse intereses cortoplacistas e insolidarios, mientras que la acción climática responsable está basada en las evidencias científicas y en el compromiso moral por la conservación y el cuidado de la vida en el planeta.

En Canarias, la acción climática es vital para estimular una cultura preventiva capaz de reconocer y evaluar impactos que se presentarán de manera distinta a como se han mostrado hasta ahora, como consecuencia de una mayor y más duradera exposición a fenómenos climáticos adversos y extremos. Si queremos responder de forma eficaz a los retos que se nos presentan y hacer frente a la crisis climática y sus consecuencias, la cultura de prevención ha de calar en el conjunto de la sociedad y en todos los ámbitos de la actividad pública y privada, así como en la empresa y en la sociedad civil.